Strawberry Frappuccino
Dramatúrgia y Dirección: Ivan Andrade
Diseño de software: Alexandre Dupuis
Diseño de Sonido: Ivan Andrade
Fotografía: Oscar Perales
Vídeo: Clara Bes
Reparto:
Sara: Ester Boquer
Nil: Dídac Calpe
Sinopsis
Sara y Nil se conocen en Instagram. Este anonimato les permite compartir cosas que tal vez no se atreverían a decir cara a cara. Cuando Sara descubre que Nil se plantea el suicidio, decide romper la distancia que le ofrece las RRSS y encontrarse con él en persona. Hablar, tocarse… ofrecerle una mano real que le ayude en ese momento complicado —pero superable— de su vida. El objetivo de este espectáculo es aumentar nuestra conciencia sobre las agresiones (físicas y virtuales) que ocurren en el entorno escolar. Poner sobre el escenario un debate que junte a víctimas, agresores y testigos, con el objetivo de mejorar el conocimiento sobre un tema tabú que se cobra muchas víctimas entre nuestras jóvenes. La obra consigue una radiografía reveladora y profunda sobre el estado de la juventud actual: crisis de identidad, falta de contacto, de fisicalidad, de confianza, de horizonte y muchos más retos a los que debemos enfrentarnos, jóvenes y adultos, a nivel social, económico, climático… en este complejo y precario siglo 21. Una obra que, pese a la temática, no desaprovecha la oportunidad de hacer pasar un buen rato e, incluso, hacer reír al público en multitud de ocasiones.
The Amateurs
Somos una pequeña compañía, ambiciosa y muy trabajadora, que produce teatro que habla de qué significa estar vivo en el siglo 21. Creemos que el teatro emergió como un ritual de corporalización; un evento que tenía como objetivo proporcionar un conocimiento a través de una experiencia transcendental o catártica. Como compañía, invertimos mucho en investigación sobre comunicación cuerpo a cuerpo, desarrollando un trabajo escénico que toque auténticamente al espectador, pues creemos que éste es un valor singular y esencial del teatro.
Nos comprometemos con este ethos de dos formas: creación artística + investigación en el campo del entrenamiento actoral, el teatro físico, la ética y la creatividad escénicas. Hemos sistematizado nuestro proceso de trabajo en una disciplina llamada El Cuerpo Consciente, que nos ha permitido viajar a lugares como el Reino Unido, Francia, Canadá, Taiwan o Australia.
En los años 60, visionarios com Asimov, Bradbury, K. Dick, imaginaron un futuro en el que las máquinas dominarían la humanidad. Sentimos que somos nosotros los que nos estamos rindiendo a las máquinas, entregando nuestro poder de decisión, abandonando nuestra intuición u olvidando las cualidades que nos han diferenciado como seres humanos —la empatía, la compasión, el amor— y convirtiéndonos, así, en máquinas.